No he vivido aún esa experiencia, pues aún soy joven, pero he tenido la suerte de ver a personas cercanas caminando hacia el altar. La novia, radiante, se aproxima hacia el hombre con el que va a compartir el resto de su vida, la alegría queda marcada en cada f
acción del rostro. Los ojos se humedecen y se hacen pequeños provocado por la sonrisa, que se hace presente todo el recorrido.
La alegría de encontrar a alguien en quien confiar, esa persona a quien conoces y te conoce, aquella con quien pasar tus días, con quien compartir tus alegrías y tristezas, alguien a quien regalar abrazos, esa persona que te pueda hacer reír y no llorar, alguien que te acompañe hasta que tu vida se consuma.

Esa sensación, solo se vive una vez en la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario